Blanca de 1 Bac nos cuenta su movilidad de larga duración (35 días) en Normandía Francia con su correspondante Serena.

Mi experiencia la podría describir como un aprendizaje, no estaba preparada para lo que se me venía encima.
No me lo tomaba muy en serio hasta que llegó el día de coger el avión y sola, sin ayuda de
nadie. El separarme de mi familia, de mis amigos fue un gran reto para mí. A partir de aquí, tenía que ser responsable de mí misma.
La verdad que coger el avión fue muy fácil ya que no era mi primera vez, y al llegar al
aeropuerto de París no tuve problemas con mi maleta. Cuando crucé la puerta de salida, ví a mi compañera de intercambio que me recibió con los brazos abiertos. Fuimos al coche en
donde nos estaba esperando su madre y directamente fuimos al Palacio de Versalles. Me lo
pasé muy bien, nos estuvimos conociendo y cuando se estaba haciendo tarde, cenamos y
fuimos a la residencia de deportes en donde vivía mi compañera. Allí conocí a otra niña que
también estaría en nuestra habitación, que para mí también la considero como mi compañera de intercambio ya que hemos estado conviviendo mucho tiempo juntas.
El estar allí, aprendiendo el estilo de vida de otra cultura fue impactante para mí, pero me tuve que acostumbrar. Pude conectar con otros chicos que también vivían en la residencia, y me lo pasé muy bien con ellos, sobre todo cuando jugábamos al futbolín.
En cuanto al instituto, nada que ver con el mío. Era enorme, tenía un comedor, gimnasio e
incluso muchas áreas de descanso con sillones, tumbonas en el césped, ordenadores,
futbolines y billares. El horario era muy variado: dependiendo del día, entrabas a las 7h o a las 10h, había días que solo dabas dos horas de clase, aunque lo normal eran 5h. Y en cuanto al nivel de las clases era muy fuerte y notaba que todos los alumnos se esforzaban mucho por sus notas.
En conclusión, he aprendido mucho en esta experiencia, no sólo el objetivo de mejorar mi
nivel de francés, sino también conocer su cultura, nuevas experiencias, nuevas comidas.
Además, creo que esta aventura ha aportado mucho en mí porque me ha hecho madurar, ser responsable con mis cosas, ser más independiente. Si me ofrecieran volver a repetir esta experiencia, iría de nuevo, aunque en diferentes circunstancias, porque Francia es un país que aporta muchas oportunidades y lugares fantásticos. Y mi mensaje es que para la gente que se está replanteando hacer intercambios y no están seguros porque creen que no tienen buen nivel, aseguro que es una de las oportunidades más bonitas que te pueden pasar y vas a recordar para toda tu vida, además, la vida es una.